UN TIPO PELIGROSO
—Nos está masacrando —le susurraba al oído el de los tochos, agotado tras pasarse la semana repasando vida y obra de Fray Luis de León en busca de la controvertida cita—. Fray Luis de León nunca dijo eso.
—No te quejes —replicaba el de las sagas—. Al poeta se lo tuvieron que llevar anoche a urgencias. Pensaron en un principio que era una neumonía bilateral provocada por el virus. Luego se confirmó que la hipoxia se debía a un intento de recitar a viva voz un fragmento de Memorial del Convento, de Saramago.
—¡Por Dios! ¡A quién se le ocurre! Sin puntos ni comas. Y a su edad.
—Por lo visto el cuentista le dijo que había más poesía en una frase del portugués que en toda su obra. El otro, mira tú, qué necesidad había, llegó a casa, abrió el libro y entró en apnea sin acabar la primera página. Se desmayó y no se abrió la cabeza de milagro.
—Hay que tener cuidado con ese tipejo, es peligroso.
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