En realidad este "misterio" es un medio bulo que corre por las redes y lo que propone es una teoría de la conspiración aún sin elaborar (a ese punto hemos llegado).
¿¿¿Por qué
nos lo han ocultado???
Bueno, parece que los
únicos que lo han intentado ocultar son precisamente los que han creado el
bulo, o medio bulo, porque hasta hace bien poco solo tenías que preguntar en google
y salían varios artículos de prensa donde se cuenta la historia del motor de
agua español. Ya no, ya no es tan fácil corroborar la historia porque la
multiplicación de twits y retwits y los miles de copia y pega en facebook,
instagram y demás de la supuesta trama copan los resultados
de los buscadores y, de nuevo, la mierda cubre los hechos reales. Como no es del todo un bulo, no timbro
la foto como FAKE pero prefiero
contar la historia real que es mucho más bonita, y muy española (o mucho española)
El caso es que Sí. Arturo Estévez Varela aseguró en 1971 haber inventado un motor que funcionaba con agua. Consiguió incluso patentarlo. La foto en la que aparece presentando el cachivache con el beneplácito y la algarabía de la benemérita es real, de hecho el motor funcionaba y, por lo visto, existen imágenes del NO-DO que lo corroboran. Exhibió el invento, al más puro estilo Berlanga, recorriendo los pueblos de España en su ciclomotor a agua, botijo incluido del que bebía antes de llenar con él el depósito del motor.
El problema, como más tarde se supo, era que el motor no funcionaba solo con agua sino con una pasta milagrosa y secreta que debía añadirse a fin de crear la reacción química necesaria para extraer el hidrógeno. La pasta resultó ser boro, según los informes del ministerio de industria de la época aunque él siempre lo negó, y necesitaba bastante, unos 19Kg para 45 litros de agua que generaría una energía similar a 40L. de gasolina, lo que superaba con creces, pero con muchas creces, el precio del combustible clásico. Con todo, Estévez, en un arrebato patriótico, cedió de manera altruista y completamente gratis la patente al Estado Español pero esta fue rechazada y jamás se trató siquiera de desarrollar ni comercializar. Se le atribuyen al Generalísimo las palabras "Ya hemos hecho bastante el ridículo" (sin verificar).
Es entonces cuando, tal vez desencantado con el desprecio del Caudillo, Estévez recurre al empresario catalán José Carrera Rey al que consigue venderle el 50% de sus derechos de patente, supuestamente por 5 o 10 millones de pesetas (las cantidades varían según las fuentes), con la idea de integrar el motor, esta vez, en un vehículo de cuatro ruedas. Llegó a constituirse una empresa con el profético nombre de Aguacar S.A. (Barcelona) que sería la encargada de lanzar el vehículo al mercado. Infelizmente el revolucionario vehículo jamás consiguió arrancar y Estévez fue denunciado por estafa en 1974. Y ahí se terminó el recorrido del motor de agua. No así el de Arturo Estévez Varela, que optó sabiamente por abandonar el país y hacer las Américas.
Dejo dos de los artículos "top secret" de los que me he servido como fuente. Uno de El Confidencial y otro de La Vanguardia.
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