El mundo antes de facebook

 En la novela que estoy tratando de escribir planteo que un muro tiene dos lados pero ambos son el de dentro. Un muro encierra por los dos lados, siempre. Encierra tanto a unos como a otros. De ahí que este post lo ilustre el tema de Pink floyd, en esa versión tan chula del grupo de Azerbaiyán "Bizimkiler" que si lo reproducís puede hacer la lectura más amena.

De lo que trata este post, que no es otra cosa que una propuesta, es de romper ese muro que nos encierra en Facebook, y en otras redes, todas igual de endogámicas, culturalmente hablando, y cada vez más repetitivas y mierdificadas. (ahí podéis ver de donde viene el palabrejo)

Antes, cuando no había redes, íbamos de blog en blog buscando y descubriendo, unas veces con más fortuna que otras pero siempre por nosotros mismos. Ahora hemos delegado ese interés en un algoritmo que lo que hace es mantenernos encerrados en una burbuja de la que cada vez es más difícil salir, porque somos nosotros quienes le damos instrucciones y lo mejoramos cada día. Con nuestro comportamiento en las redes sociales, entrenamos al algoritmo para mantenernos en su ámbito de control. Al algoritmo no le gusta que abandones facebook para ir a otra parte, porque ahí es donde puede ofrecerte eso para lo que está diseñado; cosas que pueden gustarte entre un montón de basura, enlaces patrocinados y publicidad de pago. ¿Te has parado a evaluar cuánto de lo que aparece en tu feed te interesa de verdad? 

Por eso este post no lo van a ver allí más de dos o tres personas de mis trescientos ochenta contactos, el algoritmo muestra menos las publicaciones con enlaces fuera de facebook. Pero, si estás aquí, significa que ya hemos hecho un agujero, hemos abierto una puerta en ese muro de metacrilato que no nos deja olernos ni manosearnos.

 

 

Y ese es precisamente el objeto de esta entrada, o mejor dicho, de esta salida. Dejar una puerta abierta al mundo que sigue existiendo ahí fuera, fuera de las redes sociales, fuera de Facebook y, enlace tras enlace, darse una vuelta viendo cosas por nuestra propia voluntad. Porque mi intención no es que vengas, me leas y vuelvas a facebook. No. Ni que te quedes en este blog, eso tampoco, aquí no hay mucho que ver.

La intención de esta puerta abierta es que continúes correteando por los enlaces que te propongo, o por otros, los de la red alternativa que voy colocando aquí en la columna de la derecha, por ejemplo. O los que encuentres cuando llegues al nuevo punto de destino. Por todo ese maravilloso laberinto que es internet, sin miedo a minotauros ni necesidad de hilos de Ariadna. Mi propuesta es que vuelvas a ser tú quién busque lo que te interesa, lo que descubrir y lo que descartar, y no un algoritmo que analiza tu comportamiento para ofrecerte lo que él (ello) cree que te va a complacer más y así mantenerte siempre dentro del muro, bajo su influencia.

 Se me ocurre este estúpido eslogan; No seas pez, sal de la red.

Para ello, cada jueves(?) dejaré esta puerta abierta, con dos o tres, o cuatro, propuestas para echar un tiempo dando un paseo. No serán novedades, ni serán espectaculares descubrimientos, solo excusas para salir, para ir recuperando el interés por descubrir el mundo a espaldas del algoritmo. Y también con menos palabreo.

Hoy, para calentar motores, puedes visitar si quieres el blog Confieso que he leído ( ya lo he incluido en la red alternativa para que lo podáis encontrar fácilmente si acaso volvéis por aquí) donde se comenta un libro que habla precisamente de lo que he expuesto en esta entrada. Aunque si ya os habéis cansado de leer tampoco pasa nada por escuchar algún temazo, como esta versión del Bohemian Rhapsody a cargo de los Muppets. O, si no, pasaros por RadioQK y disfrutar del programa Nadie al volante, por ejemplo.

Por aquello del algoritmo de los cojones, si no queréis perderos otras puertas abiertas otros jueves(?) pues os hacéis seguidores del blog y así, de paso, estáis al tanto de mis otras paranoias y de cómo voy con la novela. ¿Ya dije que estoy escribiendo... ? Vale, sí. Pues eso. 

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