#3. Un pensamiento

 UN PENSAMIENTO

Llevo un rato en mi hamaca contemplando ese crucero clavado en el horizonte. Parece quieto. Tal vez lo esté. Tal vez espere orden para entrar a puerto. Puedo verlo ahí, entre los dedos gordos de mis pies, también inmóviles. No sé exactamente cuánto tiempo llevo mirándolo pero parece que no se mueve. Si girara la cabeza podría ver mi gintónic y eso me daría una noción del tiempo bastante real, bastante física. Las gotitas de condensación en el cristal, el charquito que se forma en el culo del vaso sobre la mesa de aluminio, las burbujas buscando camino entre los cubitos de hielo, el mismo hielo y su deshielo. No quiero perder la referencia de los dedos de mis pies así que no puedo girar la cabeza. Podría intentar… por el rabillo del ojo… mierda. Me lo impiden las patillas de las gafas, demasiado gruesas, demasiado opacas. Maldita cárcel de nácar. Maldita quietud.

¿Cuánto tiempo dura la quietud? Llevo un rato contemplando ese crucero, yo creo que no se mueve. ¿Cuánto dura un pensamiento? ¿Un segundo? ¿Veinte? ¿Cien años? ¿Puede pasar una vida en la eternidad de un breve ensueño? 

 

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